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COLEGIO DE ARQUITECTOS

COLEGIO DE ARQUITECTOS

F. Cobos: «La autenticidad es un valor trascendente de todo patrimonio histórico»

– El COAVA dedica al arquitecto vallisoletano una exposición en el Museo Patio Herreriano hasta el 12 de diciembre por el Día Mundial de la Arquitectura

Las intervenciones patrimoniales del arquitecto vallisoletano Fernando Cobos son las protagonistas de la exposición que el Colegio de Arquitectos de Valladolid (COAVA) ha organizado en el Museo Patio Herreriano con motivo del Día Mundial de la Arquitectura. Bajo el título ‘Fernando Cobos Estudio de Arquitectura. 30 años de investigación e intervención en el patrimonio histórico’, la muestra permanecerá abierta al público hasta el 12 de diciembre.

Arquitecto superior especialista en urbanismo y en documentación y restauración de monumentos por la Universidad de Valladolid, Fernando Cobos ha centrado en gran medida tanto su actividad profesional como su labor investigadora en la fortificación y el urbanismo medieval y renacentista. La muestra organizada por el COAVA no solamente mostrará el resultado final de sus obras, sino también los procesos de investigación y los criterios de metodología utilizados en sus intervenciones, que van desde el castillo de la Mota y la muralla de Ibiza hasta la recuperación del barrio de Semhane en Arabia Saudí. De todo ello hablará Cobos el miércoles 13 de octubre en Patio Herreriano en una conferencia titulada ‘Criterios y metodología de estudio e intervención en patrimonio histórico’, enmarcada también en la celebración del Día de la Arquitectura.

  • La exposición en el Museo Patio Herreriano por el Día Mundial de la Arquitectura coincide con la XV Bienal ‘España vacía, España llena’. ¿Qué características destacarías de las intervenciones patrimoniales en zonas despobladas?

El patrimonio es la gran riqueza de la España vacía, hay pueblos que tienen más monumentos que habitantes. En algunos casos es su último recurso. No tanto como producto turístico, sino incluso como la última oportunidad de no desaparecer sin dejar rastro y memoria de su existencia. Muchas veces son los hijos de los emigrantes los que apoyan la recuperación del patrimonio del pueblo de sus padres como forma de conservar su propia memoria. Estoy pensando en Cornatel (León) o en Belmonte de Campos (Palencia) o en Magaña (Soria). El patrimonio no se conserva o se restaura para los turistas, se conserva para los habitantes del lugar y sus descendientes y, si luego vienen otros a verlo, pues perfecto. Pero el turismo no puede ser el objetivo inicial, ya que de esa manera corremos el riesgo de perder la autenticidad, que es uno de los valores trascendentes de todo patrimonio histórico.

  • ¿Se trabaja de forma diferente dependiendo del lugar?

La pregunta ofende, que diría mi abuelo; esa es la base de la que parte nuestro trabajo, cada lugar es distinto y merece una respuesta arquitectónica distinta. Al prestigio de los arquitectos _y a la reivindicación de unos honorarios justos_  le ha hecho mucho daño la repetición de edificios idénticos en sitios completamente distintos. Hablo de casas adosadas, pero también de edificios supuestamente singulares.

  • ¿Cómo se enfrenta un arquitecto a una intervención en un monumento histórico?

Estudiando y conociendo a fondo el edificio al que se enfrenta. Eso lleva mucho más trabajo que un encargo de un proyecto en un solar vacío, empezando por disponer de planos muy precisos, pero eso hace nuestro trabajo tan interesante y complejo.

  • Las restricciones que existan en cada caso con respecto a las restauraciones en edificios históricos, ¿coartan de alguna manera la libertad creativa del arquitecto?

Esa es una buena pregunta sobre la que ha querido reflexionar la exposición del Patio Herreriano. Todo proyecto consciente y respetuoso del lugar en el que actúa tiene unos condicionantes; la diferencia básica es que en la obra nueva esos condicionantes están en la normativa y en nuestra sensibilidad hacia el lugar, y en un edifico patrimonial surgen del conocimiento profundo del edificio. Es cierto que a veces aparecen en estos edificios ejercicios de libertad de diseño que no se tolerarían en cualquier solar urbano, pero casi siempre es una libertad que nace de la ignorancia de los valores y la verdadera naturaleza del edificio histórico. Respetar el monumento en el que intervienes no implica ser “historicista”. Nosotros hemos intervenido en decenas de fortificaciones y nunca nos hemos inventado una almena.

  • ¿Qué te hizo decantarte por los proyectos de restauración de monumentos como castillos, murallas o edificios medievales y renacentistas?

Supongo que una vocación muy temprana por la investigación histórica que me llevó a estudiarlos mucho antes de que tuviera un título que me permitiera intervenir en ellos.

  • ¿Hay algún trabajo del que te sientas especialmente orgulloso?

Los premios nos han llegado por los planes directores y las obras de grandes conjuntos como los castillos de la Mota y Ponferrada o las murallas de Ibiza o Almazán, pero hemos hecho y estamos proyectando intervenciones en pequeños edificios que nos han dado o creemos que nos van a dar muchas satisfacciones, como Cornatel, Belmonte de Campos, San Leonardo. Pequeñas joyas en pueblos muy pequeños (y despoblados) con vecinos entusiastas que te apoyan y agradecen tu trabajo.

  • ¿Qué imagen crees que tienen los arquitectos que se dedican a las intervenciones en patrimonio? ¿Debería cambiar?

Es evidente que los estudiantes que acaban la carrera de arquitectura quieren ser como Le Corbusier y no como Torres Balbás (que posiblemente no sepan ni quién es), pero es ridículo que en un país y en una región con un patrimonio construido como el nuestro la enseñanza se focalice en crear nuevos edificios y en no recuperar o adaptar los existentes. Incluso por pura eficiencia _ahora lo llaman sostenibilidad_. Por otro lado, en los premios de arquitectura (y nosotros no nos podemos quejar) cada vez se premia más la foto llamativa que el rigor de la intervención, y las buenas intervenciones en patrimonio no suelen dar mucha foto llamativa de la obra del arquitecto, quizá por eso no salimos mucho en las revistas. A mí me gustaría que esta exposición que se inaugura en el Patio Herreriano sirva para motivar a las nuevas generaciones de arquitectos.