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COLEGIO DE ARQUITECTOS

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Antonio Paniagua: «La figura del arquitecto en las bodegas es cada vez más solicitada»

  • El arquitecto medinense participa en los actos del Día de la Arquitectura organizados por el COAVA con la charla ‘Patrimonio: arquitectura y paisaje. Abadía de Retuerta y Bodega Protos’, el 20 de octubre 

El arquitecto Antonio Paniagua ofrecerá una charla el próximo 20 de octubre a las 20 horas en el museo Patio Herreriano como parte de los actos organizados por el Colegio de Arquitectos de Valladolid (COAVA) por el Día de la Arquitectura. Ha participado en proyectos de restauración y rehabilitación de edificios históricos y diseñado edificios de distinta índole, como bodegas, centros de salud, colegios, edificios culturales y residenciales. En su ponencia, ‘Patrimonio: arquitectura y paisaje. Abadía de Retuerta y Bodega Protos’, abordará los aspectos arquitectónicos más complejos de su obra integrada con los paisajes propios de Sardón de Duero y Peñafiel. 

El tema de la exposición del COAVA por el Día de la Arquitectura son las bodegas. ¿Qué importancia tiene este tipo de arquitectura? ¿Y en una provincia como Valladolid?  

No cabe duda de que el sector agroalimentario, y en especial el mundo de la uva, tiene una gran importancia económica en nuestra Comunidad y en nuestra provincia. En el caso de las bodegas, además, sobrepasa la mera actividad agroalimentaria para complementarse con las culturales y ecoturísticas, dando lugar a que la figura del arquitecto, en este tipo de instalaciones, sea cada vez más solicitada y necesaria. 

Muchas de las implantaciones de nuevas bodegas se realizan en el medio rural, vinculadas por lo general a terrenos de cultivo de uva, ofreciéndonos la posibilidad de intervenir en el magnífico paisaje circundante, desde tierras de la Ribera hasta las de Toro, pasando por las de Rueda y Cigales. En nuestras manos está mejorarlo. 

¿Cómo aborda un arquitecto una obra que tiene como base un monasterio medieval, como el de la Abadía de Santa María de Retuerta?  

En Abadía de Santa María de Retuerta, antiguo monasterio premostratense cuya fundación se remonta al siglo XII y considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura monástica que jalonan el rico patrimonio cultural de la Ribera del Duero, se han llevado a cabo obras de rehabilitación y restauración encaminadas a la recuperación del monumento, tanto a nivel material como ambiental. 

La intervención ha permitido detener el deterioro físico del edificio, asegurando la integridad del conjunto con la recuperación de sus espacios y volúmenes. También la recuperación de un entorno, de un ambiente, de un carácter inherente a este tipo de monasterios en los que la paz, el silencio y la introspección eran moneda común. 

Una intervención arquitectónica realizada con planteamientos científicos y desde la contemporaneidad, que propone un permanente diálogo de complementación entre los elementos nuevos incorporados y los existentes que permite hacer compatibles las piedras milenarias con las nuevas tecnologías. 

Por otro lado, en las Bodegas Protos de Peñafiel hay una importante integración con el paisaje. ¿Qué otros elementos destacan en esta obra? ¿Cómo convive la nueva bodega con la diseñada por Richard Rogers? 

Los terrenos disponibles para la nueva bodega, situados en el límite del suelo urbano con el agrícola, tienen un valor paisajístico innegable. La intervención fue para nosotros una oportunidad para asegurar la preservación del paisaje y el valor patrimonial, en el que los protagonistas son el castillo y la actual bodega, imagen asociada y reconocible de la marca “Protos” que se potencia. 

Nuestra propuesta fue crear una bodega semienterrada con una cubierta vegetal que se integrara con el entorno de viñedos, facilitando el tránsito de lo urbano a lo agrícola. Integrada igualmente en el conjunto de las bodegas existentes conectándose a través de túneles, a modo de cordón umbilical, por el que discurren las personas y los productos. 

Proponíamos una edificación que, por su cualidad de elemento enterrado, en su mayor parte, imposibilitara la confrontación o comparación con la bodega actual de Rogers. La sección de nuestro nuevo edificio se adapta a los desniveles del terreno y tiene en cuenta la relación de alturas con el edificio existente, de forma que no sobresalga del zócalo de éste. Se produce por tanto un diálogo respetuoso y mudo con la edificación existente y también con el propio entorno. 

¿En estos dos proyectos tan diferentes hay algún punto en común? 

Desde la visión del arquitecto, la actitud con la que uno se enfrenta a situaciones aparentemente distintas es la misma, analizar y entender el edificio preexistente o el lugar en el que vas a construir y sus entornos, para, a partir de ahí, proponer actuaciones que den respuesta a las necesidades del promotor y a la vez mejorar lo preexistente, tanto a nivel arquitectónico como paisajístico. En ambos casos, creo que podríamos hablar de la mejora del patrimonio heredado, entendido este como arquitectura y paisaje. 

 

 

www.antoniopaniagua.com