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COLEGIO DE ARQUITECTOS

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Zaparaín y García reflexionan sobre cómo las bodegas transforman el territorio

  • Los arquitectos ofrecerán el 6 de octubre la conferencia ‘Bodega Carraovejas: paisaje, espacio y vino’, dentro de las actividades del COAVA por el Día de la Arquitectura

Los arquitectos Fernando Zaparaín y Eduardo García participarán en los actos organizados por el Colegio de Arquitectos de Valladolid (COAVA) con motivo del Día de la Arquitectura con la ponencia ‘Bodega Carraovejas: paisaje, espacio y vino’. El salón de actos del museo Patio Herreriano acogerá el próximo 6 de octubre la conferencia conjunta centrada en las bodegas como instrumento transformador del paisaje.

A Zaparaín y García les une el estudio amas4arquitectura, sello de proyectos como los centros de día de la Asociación de Personas con Lesión Medular y otras Discapacidades Físicas (ASPAYM) en Ávila y León, la escuela deportiva Niara de Valladolid y los centros de día de la Fundación INTRAS en Toro y Parquesol.

 

El tema de la exposición del COAVA por el Día de la Arquitectura son las bodegas. ¿Qué importancia tiene este tipo de arquitectura? ¿Y en una provincia como Valladolid?

Fernando Zaparaín: Las bodegas, como tipo arquitectónico, tienen el potencial de intervenir en el territorio a nivel formal, productivo y turístico. Son un instrumento contemporáneo para conformar el paisaje, como antiguamente hacían los castillos o los monasterios en la Ribera del Duero.

Eduardo García: Valladolid participa de cinco denominaciones de origen; es evidente el papel social y económico que el mundo del vino y las bodegas tienen en esta provincia, en un momento de especial sensibilidad por el abandono de grandes entornos rurales.

Hasta finales del siglo pasado, las bodegas eran meros centros agropecuarios y de producción que concentraban su actividad en naves dispersas. El creciente interés por la “cultura del vino” ha hecho que paulatinamente vayan incorporando nuevas actividades en su entorno: tanto administrativas y logísticas asociadas al crecimiento empresarial, como hosteleras y turísticas que amplían la experiencia de la cata.

Entiendo que en este tipo de bodegas la arquitectura ayuda a crear una imagen de marca de calidad y a identificar el producto final con su terruño, como contrapunto de interés dentro del paisaje en que se implantan.

 

¿Cuáles son los rasgos más destacados del diseño de la bodega Pago de Carraovejas?

F. Z. En el título de la conferencia se mencionan algunas características. En relación al paisaje, la bodega responde a su disposición en ladera y a las vistas sobre el castillo de Peñafiel. Respecto al espacio interior, como está semienterrada, se ha puesto el acento en la iluminación cenital. En cuanto al proceso productivo del vino, este ha determinado una sección escalonada, ya que se elabora por gravedad.

E. G. Destacaría el empeño por dotar de luz natural a los espacios de producción y la intensa relación que se establece entre la bodega, el viñedo y el castillo.

 

¿Qué relación mantiene el diseño con el lugar en el que se asienta?

F. Z. Como la bodega requería mucha superficie, se ha intentado fragmentar el programa en cuerpos que fueran distribuyéndose a distintos niveles, para separar accesos y funciones. Además, el conjunto se abre hacia los propios viñedos en cuesta y la fortaleza lejana.

E. G. En la ladera sur del arranque del páramo existía una nave equipada con un puente grúa que permitía trabajar por gravedad, un proceso que está en la idiosincrasia de Pago de Carraovejas.

En torno a esta nave, que es el corazón de la bodega, se fueron agregando en sucesivas fases los edificios que han dado forma al complejo actual; aprovechando la pendiente se encajaron en la ladera los espacios de crianza y elaboración del vino, lo que permitió elevar la cota de descarga de uva, mientras que las zonas sociales se abren hacia las laderas de Espantalobos y el castillo de Peñafiel, acomodándose en la topografía mediante una secuencia de plataformas a distintos niveles.

Para su construcción, se ha recurrido a materiales que hemos entendido que contribuyen a la integración paisajística del conjunto.

 

En España existen un gran número de bodegas llevadas a cabo por grandes nombres de la arquitectura nacional e internacional. ¿Alguna que le parezca digna de reseñar? ¿Y en Castilla y León?

F. Z. Hay muchas, pero me gustaría mencionar una próxima, la bodega Montecastro, de nuestro compañero Roberto Valle, recientemente fallecido.

E. G. Me interesan especialmente aquellas bodegas vinculadas de forma inherente al terreno, de modo análogo a las bodegas tradicionales, en las que se logra conducir la luz natural hasta las salas enterradas. Así ocurre, por ejemplo, en la Bodega Brugarol de la finca Bell Lloc en Palamós, de RCR Arquitectes, o en el proyecto no construido de Peter Zumpthor para Dominio de Pingus en Valbuena de Duero.